“Historias y relatos de la vida de Chivilcoy”

“No me considero escritor sino alguien que transmite cosas, a veces en forma oral y a veces escribiendo. Así nacen estos libros que quedarán para que la gente los disfrute y motive el espíritu de investigación de las personas” opina sobre su último libro denominado “Historias y relatos de la vida de Chivilcoy”, editado durante este año pandémico con ilustraciones de Marcelo Mosqueira y foto de tapa de Emiliano Gandolfo, dedicado “a los amigos y en memoria de quienes marcharon pensando que la honradez, el trabajo, la libertad, la igualdad y la fraternidad harían de nuestra Argentina un país justo”, reza la dedicatoria.

El libro no está a la venta, “quien lo desee, puede solicitármelo a mí” aclara y agradece a quienes hicieron posible la edición, “hay un laboratorio que me facilitó los recursos para que el libro sea posible y además, poder regalarlo. Considero que es un material muy útil para las escuelas, por eso trataré de hacerlo llegar a sus bibliotecas” apunta.

En este sentido, puntualiza que “hay generaciones que hay que motivar a que lean e investiguen y sepan que, en la biblioteca y muchos lugares de Chivilcoy, pueden informarse, de nuestras raíces y de por qué las cosas son como son. Estudiando el pasado entendemos por qué el presente es como es, con sus virtudes y defectos”.

“Si bien lo apunté desde Chivilcoy, leyendo mucho, marcando capítulos, en bibliotecas, en la hemeroteca de cosas que pasaban y la importancia que tenía Chivilcoy desde que era campo y pasto y traté de darle un perfil diferente a los libros que ya había. Es decir, de cómo llegó el hombre a esta ciudad”, explica y destaca la relevancia política del origen de nuestra ciudad ligada directamente al Gobierno de Juan Manuel de Rosas, “fueron distintos hechos que concluyeron en la fundación de la ciudad ya en 1854”, detalla, “había un propósito netamente comercial que implicaba esa ruta, esa zona, que luego se llamó Chivilcoy”.

Chivilcoy y la Masonería

Pinotti destina un capítulo interesantísimo al periodismo y la masonería en nuestra ciudad, “cuando se funda Chivilcoy, llega un montón de profesionales de relevancia, en su mayoría con trayectoria masónica”, cuenta y anticipa que el primer documento al respecto data del año 1877 del grupo denominado “Luz del Oeste” y define como masones a los ilustres Carlos Fajardo, Luis Mohr y Manuel López Lorenzo, periodistas y escritores ellos.

“También, los edificios que se hicieron tienen un perfil y una arquitectura que responde a esto, como el monumento a Chivilcoy”, asegura e invita a mirar detalladamente el afamado monumento de la Plaza Principal, en el que se advierten elementos identitarios de la masonería. “Hoy mucho de todo eso está en el Complejo Histórico, hay mucho material que se puede apreciar por ejemplo del templo masónico”.

Desde el crimen del poeta Ortiz al Lobizón de Chivilcoy

En un correlato intrigante, el autor describe y detalla el atentado y crimen de Carlos Ortiz, cuya muerte fuera recordada por el propio Alfredo Palacios, “nuestro joven poeta que cantaba a la tierra, al sol y a los trigales rubios, cayó víctima de un crimen nefario” dijo en su momento el destacado político argentino.

Dejamos para la intriga de los lectores, la leyenda del lobizón de “la colorada”, famoso almacén de campo, que carga con dicha leyenda urbana, de la cual bien daba cuenta un afamado peluquero de la localidad de Henry Bell, José Elías, quien adujo firmemente haberle cortado el pelo a la mentada bestia y afirmado además que en su vejez regresó a Chivilcoy.

“Elegí para hacer el libro lo que a mí me gustaba, es interesante la investigación.  Mi idea es que el que lee  se quede con la duda y que esa duda desencadene en su investigación.

Por ejemplo, está pendiente investigar la parte vieja del cementerio municipal”, reconoce y afirma que “cuando se fundó Chivilcoy llegó el ferrocarril en forma casi inmediata, que fue fundamental” y afirma que “sería interesante que Chivilcoy tenga una Secretaría de Turismo, porque es una ciudad desperdiciada. Debería haber un diseño, ya que fomentaría el mini turismo y la misma gente de Chivilcoy podría contar estos relatos a quienes vienen a hacer excursiones. En ese aspecto, es una materia pendiente, porque además daría trabajo desde el punto de vista gastronómico y hotelería”.